Poned negritas, malditos

Después de casi un trimestre de clases de Escritura para Multimedia e Interactivos, puedo decir que algo he aprendido; y si no es aprender, puedo decir que algo se ha colado en mi subconsciente y ahora lo aplico allí por donde paso. A parte de poner enlaces a lo largo de los textos en Internet, cosa que consideraría de mal gusto destacar puesto que un texto en Internet existe si tiene enlaces, hoy quiero hablar del uso de las negritas.

Al principio, cuando empezaron a advertirme de su utilidad las repudié. No consideraba adecuado guiar la atención del lector hacia aquellas palabras más destacadas, puesto que debería ser quien consume la información quien determine qué es aquello que más le importa. Me costó mucho utilizarlas, pero cuando empecé a aplicarlas me di cuenta de su utilidad.

Si en Internet aceptamos que el tipo de lectura no es igual al que se realiza en papel, ya sea de diario o de un libro, lo que necesitamos es captar la atención del lector sobre una cantidad ingente de estímulos que, además, tienen color y, muchas veces, movimiento. Para captar su atención no hay que subestimar ninguno de los recursos textuales que tenemos. Así, es igual de importante separar los bloques de texto, como remarcar aquellas palabras clave con negritas. Además, su uso nos permitirá que el lector pueda realizar una lectura rápida y superficial del texto, captando lo más esencial.

Mi propuesta es utilizar las negritas como un complemento de los elementos de titulación. Que, a simple vista, y leyendo únicamente los títulos, subtítulos y negritas nos podamos hacer una idea bastante completa del texto, ya que muchísimas veces no leemos en profundidad sino que paseamos la vista por la pantalla. Pero conseguirlo no es fácil, cada cual que investigue y se encuentre cómodo con algún uso. Solo se me ocurre una recomendación: no marcar en negrita muchas palabras seguidas, y menos todavía un párrafo entero, como en este lead, ya que de esta manera perdería el efecto de llamada de atención.

Este proceso, el de asumir el uso de negritas como normal y ponerlo en práctica, ha de ser personal y lo tiene que asumir solo aquél que crea en él, no como un dogma; ahora bien, si alguien no lo acaba de ver claro que consulte estas dos publicaciones (El País y Público) y se forme su propia opinión.

Cambiando de tema. ¿Es esto un ejercicio periodístico? ¿Se puede recurrir al fotomontaje en la prensa seria?

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